El R. Madrid ha transformado en rutina lo excepcional. Por octava vez en los últimos diez años, las blancos se hallan entre los 4 mejores equipos de Europa. El actual vencedor de la Euroliga derrotó a Baskonia (98-102) para poner el 3-0 en la serie y no va a fallar a su cita para proteger título en la Final Four de Berlín. Nada debió ver el encuentro con los dos enfrentamientos disputados en Madrid.
Como muestra, la agresividad del Baskonia en los dos lados de la cancha desde el principio del mismo, superior a la mostrada en el WiZink. Los primeros diez minutos disfrutaron de un ritmo furioso y alocado que impedían a los dos conjuntos apropiarse del partido.
Tal fue la intensidad del primer cuarto, que hasta el tiempo terminó exhausto. Un fallo técnico en uno de los ordenadores de la Euroliga presentes en el Fernando Buesa Arena forzó a retrasar el comienzo del segundo cuarto y llevó a los jugadores a empezar un improvisado calentamiento para no perder completamente el vigor.
No apreciaron el parón ni Howard ni Miller, autores de 21 puntos sucesivos para los vitorianos entre el final del primer parcial y el inicio del segundo parcial. El escolta, una máquina de anotar indetectable. Al tiempo que el base, en una genuina exhibición, iba rellenando cada uno de ellos de los apartados estadísticos, sumando puntos, asistencias, rebotes y hurtos. Por algo se transformó esta temporada en uno de los 3 jugadores en la historia de la Euroliga en registrar un triple doble.
Los estadounidenses guiaron a Baskonia a una ventaja de diez puntos sobre los blancos, mas la entrada de Sergio Rodríguez desde el banquillo dotó de clarividencia al ataque del la capital española y volvió a aproximar a los de Chus Mateo. Marinkovic relevó a Howard en el apartado anotador, mas el base canario impidió que los alaveses se alejaran. En el segundo cuarto, el nivel ofensivo los dos equipos fue enorme, con 64 puntos anotados.
Tras el paso por vestuarios, como era de aguardar, los porcentajes bajaron. El acierto ofensivo dio paso a la intensidad protectora, en la que Tavares resaltó y se multiplicó para hacerse dueño y señor de la pintura. Entre los tapones del caboverdiano y las asistencias de Campazzo, el la capital de España resistía los arreones de Baskonia, incitados por el acierto exterior de Marinkovic.
Llegaron los últimos diez minutos y el conjunto blanco, presto para volver a la capital de España lo antes posible, subió el nivel. Dos triples sucesivos de Hezonja y Llull anularon los 7 puntos sucesivos de Howard y pusieron por delante el la capital de España por vez primera en muchos minutos, desde el principio del segundo parcial.
Era el estadounidense el único jugador blaugrana que respondía a la catarata anotadora madridista, que halló en los puntos de Yabusele y las asistencias del Pedazo su factor diferencial. Un triple de Rogkavopoulos devolvió la vida a Baskonia y dio paso a un final de infarto en Vitoria.
Cuando la pelota quema, en los momentos finales de un encuentro igualado, son los grandes jugadores los que aceptan la posesión. Eso hizo Campazzo, que fue el único que consiguió enmudecer el Buesa Arena. El argentino liquidó el partido y la eliminatoria con 3 penetraciones beligerantes que concluyeron con 7 puntos, dos bandejas y un tiro libre, y la guinda final con dos más al contraataque.