Carlos Alcaraz tiene la fórmula contra Tsitsipas y volvió a emplearla para frustrar nuevamente al griego en la misma ronda que el año pasado, los cuartos de final de Roland Garros. Tsitsipas sabe cuál es esa fórmula, pero por ahora no encuentra antídoto contra ella. Opuso más resistencia que en 2023, pero cedió por 6-3, 7-6 (7/3) y 6-4.
"Esa, esa, buena, buena", afirmaba Juan Carlos Ferrero, el preparador del murciano, después de una derecha con bastante efecto sobre el revés del heleno. "Que bote, que bote", le repetía. Esa es la clave: que el español lograra acorralar a Tsitsipas en esa región de revés, golpe que hace a una mano y por consiguiente cuanto debe ejecutarlo ahí arriba es complicado. Intentar que el heleno no se pusiese de derecha, que fallase de forma directa con el revés o que acabara dejando una pelota corta, para ingresar en pista y enviar hacia cualquier lado. La demostración mucho más visible fue en el último juego: todos y cada uno de los saques los logró Carlos con efecto, ninguno potente buscando agilidad. Todos y cada uno de los saques fueron al revés , y si bien el último sí lo puso en pista su oponente , ahora dominaba el español, que cerró con una dejada.
Tsitsipas salió condicionado indudablemente por los duelos precedentes: 5-0 para Carlos, que es 6-0. Arrancó con un break en contra y ya fue a remolque todo el tiempo. La reacción llegó en el segundo set , en el que se recobró y forzó el tie break, pero no logró administrarlo. El primer parcial y el segundo acabaron del mismo modo : con un intento de dejada de Stefanos que se quedaba en la red. Lo bueno de Alcaraz es que estuvo firme en todo instante , como en los 2 últimos partidos y como va a necesitar estar en el próximo, pues en semifinales le espera el hombre del año: Jannik Sinner, el campeón del Open de Australia, nuevo número uno tras la lesión de Djokovic. Es el Clásico moderno. De momento , van 4-4 en los precedentes.